Tuesday, May 27, 2008

el peo de la muerte

Un olor a formaldehído y azufre se cuela por los poros y orificios del cuerpo, dejando escapar el aroma precipitado de la muerte. Una vez olfateado -no hay hedor conocido más insoportable- sabes que tu hora llegó... es cuestión de tiempo para que una grúa te aplaste.

Cambié el vino por la cerveza; la marihuana por tábaco; y las novias castas y devotas por putas viejas con halitosis. Como una maniobra ciega de aterrizaje en una pista cubierta por maleza, choques entre máquinas y explosiones. Un lugar donde las cosas duelen y hay que caminar descalzo la mayoría del tiempo. Ser un profeta de urgencia que balbucea el coa más puro y vive en las tinieblas, en una forma delicada de miseria. Atravezando dimensiones paralelas de lujo y ectoplasma, abundancia y pérdida. Advierto que el consumo excesivo de mayonesa se debe a problemas de control de la angustia. Ofrezco la quijada perfectamente afeitada para ser brutalmente golpeada y apaciguar las pasiones esclavizadas de un norteño semiasfixiado. Bailando fórmulas complejas de fusión latinoamericana. Ándate a la mierda indio horrendo; ándate tú. No hay lugar para dos mártires en las nubes ácidas de la quietud. Ser demasiado demócrata es nadar hasta la putrefacción en flema burócrata... como si nadie quisiera moverse. Ya no son las ganas de follar, son las ganas de verte bailar. La piel se enferma y crece la distancia del deseo. Mientras te ahogas en pitonisas lágrimas de desconcierto, apartas en los pasillos bucólicos de tu memoria y ves sogas pendiendo como murciélagos en buses quemados y campanarios. Sostienen tu peso muerto en el camino.
No hay otra alternativa a la violencia para llamar la atención de nadie. Para que nadie te mire con un rostro repuesto de bondad y horror.

Monday, May 19, 2008

esters

Los rascacielos son barras de estadísticas comprimidas en un gráfico gris y ambiguo. En la carrera de Babel la curva tiende a decrecer. Eventualmente la configuración morfológica mutará y se reagrupará en pirámides inertes de basura autómata.

Donde aplastas al prójimo por un despacho acogedor con vista a las tinieblas. Y una charla a la deriva sobre ascensores suizos, el pánico al encierro, al hambre, la verticalidad… mejor coger las escaleras. 

Wednesday, May 07, 2008

Ud. A qué le teme?

Una breve historia sobre el miedo.

 Dices vivir en la gran ciudad, en la centrífuga de esta urbe fermentada. Sin embargo, cuándo fue la última vez que cambiaste el recorrido habitual? La órbita inalterable de la costumbre y lugares comunes. Cuándo fue la última vez que fuiste un habitante de la ciudad? Porque le temes a las micros, a los vendedores de maní ambulantes, a las distancias, a los locos de la cisterna, a las noches frías y anónimas, al vecino espía, al ruido, al smog, al tipo gritón vestido de amarillo que te dice dónde estacionar, le temes a las bicicletas, a los puentes, al pueblo peruano inmigrante, a los espejos de carne. Seguramente van a secuestrarte… cuando cruces la esquina. Saben dónde vas, qué comes, qué lees… (y, sin embargo) ya están en tu casa. Les dijiste: dentren!, y estás feliz de tenerlos sentados en tu living-comedor, acostados en tu cama. Les ofrecerías un té si tuviesen boca y cigarrillos si tuviesen pulmones. Pacientemente los escuchas, tengan o no algo que decir… da lo mismo; talvez los colores y la melodía de la memoria sean lenguaje suficientes. Y de nuevo, le temes a la soledad, a la sobrepoblación, a las encuestas. Pero lo saben, se los comentas a diario y saben exactamente qué te produce escalofríos y nuestra capacidad promedio de aguante. Le temes a la expresión física del placer, a los inadaptados… porque ves en ellos una conciencia que desarma tus convicciones, que oscilan inertes, cómodamente, en la incertidumbre.  Quererlo, tenerlo y perderlo. Le temes a las imágenes y les prendes velas porque crees que hay algo más después del ocaso, le temes a tu origen. Le temes al más bello, al tipo con más dientes y una sonrisa arrolladora… pero le temes sobre todo a alguien que no tiene nada que perder. Y las ideas lunáticas.

Es consecuencia, con lo único que te encuentras en relativa armonía, es con la ignorancia.