Thursday, July 21, 2011

Esa circunstancia insignificante que hace falta para encontrarnos ha demorado. Y estoy algo nervioso. Por primera vez. Exhausto de recurrir a todas las instancias no tan fortuitas en las que nos cruzaríamos despistados y todo se volvería eternamente ordinario. Esquinas habitadas de tarde por tragafuegos y malabaristas, salidas de metro, ferias domingueras en los cuadrantes habituales. No hay un solo lugar cubierto capaz de albergarnos ni espacios lo suficientemente sofocantes donde pasar desapercibidos . El conducto de rigor es el azar. Pero también, en un lapsus fatal, se ha extraviado. Como las diecisiete casas transparentes suspendidas en la neblina pintoresca de esos pasajes bucólicos de antaño. Los lugares borrosos que habitamos.


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