Thursday, May 20, 2010

pantis y polera y la reconstrucción patética

tu plan?

una forma de reducción sistemática.

Quieres hacer de mí un perejil, que termine pegándose en tus colmillos después de un festín y una risa escueta baste para que todos se burlen de lo ridículos que nos vemos juntos. Tan distintos. Tú también- en uno de esos contagios siniestros- encontrarás lo divertido en lo absurdo y coquetearás con el regocijo de la claque... circunspecta tomarás una pica (en miniatura) y me clavarás fría e implacable, envolviendo mis restos en una servilleta junto a un cuesco de aceituna verde y dos gotas de vino. Ofrendas demasiado extravagantes para la transición de un bolero execrable.

Punzará.

Siempre quise creer, nunca pude realmente... por eso la intermitencia de humor en nuestras interminables cuecas. Ese ocho acostado es infinito.

Vale la pena analizar ese acto desde una perspectiva sicológica y no meramente carnal, ella despertó una sensación estilizada de libertad en mí. Una negación a lo que era en ese momento, y lo que sigo siendo.. un tipo atrapado en tu cuerpo.

Un aspirante marchito a tu memoria.

yers, en desuso indefinido,

Ahora tienes razones de sobra para despreciarme.

Dormí una hora o mas en un sillón cama en el living, después me llevaron medio sonámbulo a otra pieza. Estaba ella, durmiendo con pantis y polera, tapada con una sábana, me acosté mas dormido que borracho y me di vuelta. En la madrugada despertamos y conversamos. Ella sugirió que falláramos pero no quise. Hicimos tiempo en vez del amor antes de que cada uno se subiera a un tren distinto al alba. Conversando. Escupo a escupo.

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