colon

La conga autista, también, una tonada bacilona para fulas.. prefabricada igual que tus gemidos lésbicos y un trago de papa hemingway en el Floridita.

Y las alas sangrantes pintadas arriba de tu trasero, ícaro tropical derretido antes de intentar levitar. El despacho eficiente, sin marcas en la almohada, una ternura en los trapos floreados que se simula inextinguible.

Vuelta a la imagen de San Lázaro en la pared incontenible de madera y plástico. Para armar la fiesta, ahí contigo y ron y un paquete de criollos, pollo frito, bucaneros.. me detestas y yo te envidio. Envidio que no tengas que pensar en lo que pienso cuando no estoy aquí. Y que te despierte un propósito, que tu familia – darías todo por ellos- lo haya discutido hasta la monotonía y confabulen en silencio, sin descanso hasta conseguirlo; después todo es un juego ganado, un paseo por el parque, la hora de los tuyos.

No senora, no es que sea sucio – es la parada occidental. Los burgueses se burlan de los pobres. Los imitan, en cuanto les convenga no leerse transparentes.

Como ha sido siempre.

Vuelvo – lúcido y cansado- y me siento bien, por que tengo la cabeza en otra parte. Y la sensación imperante de morder tu vientre de mentira otra vez.