Sunday, April 23, 2006

dormía en su casa

Soñó con ella denuevo. Fué horrible. Esta vez su rostro metamorfo incerto en el cuerpo de Daniela Castillo, más joven seguramente. Exquisita, realmente de lujo. Sosteniendo el estandarte de su equipo. Era porrista o algo. Pasaba las noches en su casa, pero ella no se aparecía. Mientras esperaba, y comía todo lo que encontraba en el refrigerador, se preguntó qué desataba la resurrección onírica luego de que sus ideas estuvieran sometidas a una represión sin remedio y sus impulsos ahumados con desesperanza nihilista. Estaban apartados, nuevamente. La deseaba y ella era una colegiala sin preocupaciones. Bajo cierta luz quería que sufrieras con él, por nada, por lo que sea. Una cara tierna de comprensión y un par de palmadas en la espalda. Sin sobredimencionar las cosas. Le dolía todo por gusto más que por aburrimiento. No confundir con un florero hipocondriaco. Buscó en ústed aquel infortunio que cuando se erradica momentáneo, una quietud extremadamente simple perfila los cuerpos a la exitación venérea. Y puede ser un disparate dicho fuera de esa luz.. pero todo tiene sentido. Un poco deplorables, lo simulan. Estar cercanos a la muerte, abrir los ojos e incorporarse para morir denuevo. El sexo es triste, es por eso que continúan teniéndolo. Él no cree en la fidelidad, ella lloriquea.. y luego al revés.

1 Comments:

Blogger jl said...

ella seguramente piensa que comiendose las flores a destajo le florecerán pétalos de las axilas.... pobre humana, y pobre de los que la piensan...

8:10 PM  

Post a Comment

<< Home