subjetivo

Entra. Sale. tres segundos de mareo, me siento. Sale, con una cerveza en la mano. En el otro extremo del sofá una mujer ronca. Viene hacia mí. Cambia su curso sólo a unos metros. Su andar sugerente. Es indesisa pero rápida. Vuelve. Mira en dos direcciones no necesariamente opuestas. Está en el centro. En blanco. Arriba. Me paro. Se queda. Camino lento, un poco más lento. La mano en el pelo, sólo para confirmar. Ella también. Mi cara como el test de Rocha. Piensa lo que quieras, nena. Ni una sola palabra. Evacuamos. Soy lo que sea que te caliente, pero en silencio. Lo sabe. Lo coge y lo deja entrar, salir, quedarse.

Se va.