Tuesday, February 15, 2011

vive!

Mi raza tiembla crónicamente, en secuelas sospechosamente parecidas. Deja vu nervioso.

Sin poder enmendar el cataclismo primigenio. Sin contener la hemorragia de las heridas ascendentes. Sin querer entender el efecto tectónico de nuestros actos ciegos. La casa está llena de mesas duras y botiquines de primeros auxilios con vendas y frascos de arsénico ( ). Para ahorrarnos la molestia de la agonía y la preocupación del conserje. El sacudón se espera casi como se esperan los incendios en otros lugares, desparramados en el sofá, bebiendo café.

(Sorber café es el acto posible más violento).

Mirando cada uno a un punto distinto. Husmeando las casas de otras gentes en el diario. En especial sus lugares de espera. Terrazas y balcones. El equilibrio perfecto entre la nada y lo bello. Un simulacro noble de la existencia correcta.

Amenazada, puesta a prueba, incapaz de prevalecer.

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