Tuesday, March 16, 2010

ya no me gusta lo que escribo

Unas tazas de café por la mañana, nublada y dulce, y objetos acaparados que despejan el tiempo. Desparramados en el escritorio junto a máquinas registradoras, contenedoras y esparcidoras de totalidades nimias. Cuántas verdades, o cuasi verdades, pululan entre nosotros, despertares incompletos buscando alivio en el resplandor encandilante del día.

Cuando lo que queremos es teñir ese enjambre informe y cargarlo como un poncho encantado.
Ordenar nuestro abrigo.

Nace de los paisajes de una urbe en constante mutación, de sus ruinas y los recuerdos lejanos de permanencia. Nace de los afiches de las calles promoviendo cultos exóticos y visas de trabajo para cualquier parte, de las conversaciones de cuneta sobre el devenir de la humanidad y la inminente invasión alienígena, nace de los sueños demasiado recurrentes, y de la fatiga de la razón. De las historias del juicio final que algunos vecinos comentan en sospechoso sigilo. Y de la humilde necesidad de volver a casa después del desastre.
Desde los búnkeres y las islas, cada chileno es el fin del mundo.

1 Comments:

Blogger Mr. H3rv45 said...

Vamos Chile.

6:20 PM  

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