Friday, January 22, 2010

chuña

No hay carnaval.

Sólo puntos de colores flotando en la cama y el espeso aire capricorniano.

Un obituario magnífico inscrito en sus ojos piadosos de striper maternal.
Derramando una lágrima por cada polvo perdido. Y el vestido de luto envolviendo mis restos en la cartera. Alejándose hacia la luz incandescente de las bambalinas, su refugio certero. Se despide con un zigzagueo pélvico medio oriental. Medio vegetal, letal.
Y la challa cae como nieve picante a la deriva sobre el suelo de papel.

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