puta indigente
No es sentarse a pensar, a leer, a comer, coger, a chupar, a escribir, a llorar, morir.
Es moverse. Es moverse. Mover.
Necesito que dejes de querer, necesito una pared, escribir la despedida, y partir y no llorar. Dejarlos, metidos en sus asuntos pequeños, el sistema adopta a los que se le oponen, hasta la vuelta incendiaria. Más allá del amparo orgánico y la deuda ciega cobrada como un tributo indecente a la pléyade babosa. Chirriante y fatua.
Los claxon y las ollas tienen más majestad.
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